Hay una canción de Extracto de Lúpulo llamada “No tendrás casa en tu puta vida”. Depende de cómo te lo montes, esto puede parecer más o menos cierto. Me explico:
Dependiendo del destino, el país y la ciudad, la cosa cambia. Hay sitios donde es muy común que la misma universidad te adjudique una plaza en una residencia de estudiantes (por ejemplo, Francia). Otros donde lo más normal es que busques alojamiento en un piso. Florencia, como la mayoría de destinos de Italia, es de este segundo tipo.
Hay dos maneras extremas de hacer las cosas: los hay que desde el verano antes de marchar están buscando sitio para vivir por internet o viajando con anterioridad (hasta donde sé, en Italia las universidades no suelen ayudar demasiado) y los que llegan al destino a la aventura y pasan varios días en un hostal hasta que encuentran sitio.
Yo fui de los primeros: en julio pasé horas a diario buscando en páginas de inmobiliarias (que se llevan un pellizco), de alquileres... os recomiendo, si venís a Italia, que introduzcáis las palabras “affito appartamento” y el nombre de la ciudad en google.it. Así salen más resultados que “alquiler piso”. Hay también páginas que ayudan, como EasyStanza. Podéis poner vuestros anuncios con vuestras preferencias (en el idioma de destino mejor) y os llegarán correos constantemente con ofertas.
Importante: tened cuidado con las estafas. Si alguien os ofrece algo genial, os lo pone todo muy fácil y os sugiere que metáis una señal en una cuenta bancaria sin haber visto el piso... pasad. A mí me ha ocurrido varias veces. Sospechad también de quien os envíe docenas de correos ansiosos. Van a lo que van. No soltéis un céntimo hasta que hayáis visto el piso en persona. Por eso considero que lo más seguro es ir a verlo, aunque sea un dinero ir antes de irse de Erasmus.
La otra variante es jugársela y buscar piso in situ. Si escogéis esta opción, hacedlo con bastante antelación y con dinero en la cartera. Os dejaréis bastante en hostales (aunque algunas universidades, como la de Génova, te paga algunas noches en un hostal).
Para este segundo caso he visto de todo: desde los que al día siguiente de llegar a la ciudad les cae el piso del cielo (como a mi colega Luis, autor de loboenflorencia.blogspot.com) y los que han dedicado semanas infructuosas. Y os aseguro que no se pasa bien. Es duro ver a compañeros que cada día vienen sin piso, sabiendo el dinero que les está costando, lo malo que es recorrerse todos los pisos e inmobiliarias sin encontrar nada... He visto incluso pedir alojamiento a otros estudiantes por no poder pagar más.
En otro orden de cosas, cuando tengáis algo apalabrado, sed muy serios, que no os tomen el pelo. Mirad el contrato (en Italia el contrato de alquiler a estudiantes viene por ley, es para casi todos el mismo), que no se inventen pagos inútiles (tipo “tasa de basuras”) y que no inflen el precio de la comunidad, el agua, el gas...
Para terminar: es muy necesario ser REALISTA. Es necesario mucho trabajo para que todo salga bien pronto. Cada día conozco a compañeros que se vienen a finales de septiembre sin piso, sin conocer el idioma, sin conocer a nadie y exigiendo un piso con habitación propia, amueblada, con lacayo, en el centro y por 300€. Eso no existe.
De cualquier forma, paciencia. No hay que obsesionarse pues se corre el riesgo de desear volver a casa. Parece una tontería, pero ir a las fiestas, botellones, etc con otros Erasmus ayudan mucho, pues todos hemos tenido que pasar por lo mismo. De hecho, las primeras semanas todas las conversaciones siguen el mismo esquema:
"¡Hola! ¿Cómo te llamas? ¿De dónde eres? ¿Qué estudias? ¿Cuánto tiempo llevas aquí? ¿Tienes piso? ¿Por qué zona? ¿Por cuánto?"
Pasará un tiempo hasta que las conversaciones sean "Pues mi coordinador académico es un HDP y no me casan las asignaturas".
Anyway, siempre encontraréis un agujero. Garantizado.
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